EL LAVADERO DE LA VILLA DE VÍCAR
El lavadero de Vícar se alimenta de la conocida como Fuente del Lugar,
de cuya existencia existe constancia en el ‘Apeo de la Taha de Felix’, de 1573.
Probablemente, como hoy, servía para abastecer de agua a las huertas y también
a los vecinos y a los animales, siendo la fuente más cercana al núcleo de población.
Hasta la mitad del siglo XX la colada se hacia en el suelo, en el
propio reguero que formaba el agua, colocando las mujeres para ello unas ramas
para las rodillas, con el objeto de no mancharse. Con posterioridad se edificó
el actual lavadero, que hacía el trabajo mucho más cómodo.
En el lavadero, el agua entra por el vaso localizado al oeste, saliendo
por el otro extremo hasta la balsa, donde se acumula para el riego de las
huertas. Esta corriente continua que se establece permite que el agua siempre
esté limpia durante el lavado, que se comienza por ello en el lado más alejado
de la entrada.
Sin lugar a dudas, los lavaderos son testigos del esfuerzo y el sacrificio
de muchas mujeres. Aunque también sirven como recuerdo de innumerables buenos
momentos, compartidos con amigas y vecinas, lugar también de juego para los
niños y niñas que acompañaban y ayudaban en tan ardua tarea.
Precioso nuestro rincón en el mundo
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